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El emprendimiento y la inquietud en descubrir cosas nuevas es algo natural en la vida de Raquel Traba. Antes de terminar sus estudios de derecho se lanzó en el que sería su primer emprendimiento: Los placeres de Lola.
"El proyecto nacía emulando a proyectos que existían como Good Vibrations Estados Unidos o SH en Reino Unido". Con un poco de ayuda de SH en 2004 la tienda de juguetes eróticos dirigidos a mujeres empezó a funcionar en Madrid. "A nivel personal siempre había estado militando en asociaciones feministas mientras estudiaba. Empezar un proyecto como Los placeres de Lola era un proceso natural: simplemente quería llevar el feminismo a un área empresarial".
Este proyecto fue pionero en España. "Fuimos las primeras, y una de nuestras peculiaridades es que en nuestra tienda los hombres sólo podíais entrar acompañados de mujeres. Hace casi viente años de esto y en este tiempo ha pasado mucho, reflexiona Raquel, lo que se consiguió fue crear un espacio seguro y un centro especializado en sexualidad, con juguetería, librería, área de formación y terapia.”
Después de desvincularse de esta andadura empresarial hace diez años, Raquel, inquieta por naturaleza, inició otro proyecto: BS Atelier una empresa que crea juguetería erótica en silicona médica. Este proyecto al que Raquel sigue vinculada vende alrededor del mundo e incluso dispone de algunas piezas expuestas en el museo del sexo de New York. "En este proyecto trabajamos mucho en dos ejes. Por un lado en visibilizar y empoderar las comunidades LGTBIQ+ y también trabajábamos la parte de artesanía: recuperar oficios manuales muy vinculados al arte, aunque ésta es el área de mi socia Beatriz Higón, profesora en la facultad de bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández en Altea”.
Con este proyecto encarrilado y después de ser madre, el foco de atención de Raquel pasó a la otra de sus pasiones: la ecología, la bio-construcción y la permacultura. "Me quedo embarazada, vendo a mis socias Los Placeres de Lola, me mudo a Reino Unido, curso un MBA y transcurren tres años nómadas. Al volver a Madrid en 2019, se abren distintas opciones al re-conectar con SANNAS y con sAtt, organizaciones a las que conocía de hace muchos años, para el proyecto TRIPLE y se suman de distintas maneras. El segundo encargándose de la reforma, y el primero estableciendo su sede en TRIPLE”.
Aquí la historia se vuelve familiar, salvo por el hecho de que estamos hablando de marzo de 2020 no de 2013 o 2014, encontró un local que tiene demasiados metros para ella. "Surgió de pura casualidad. De hecho creo que las mejores cosas en la vida surgen así." En junio de 2020 el espacio abrió sus puertas con tres meses de retraso debido a la pandemia para los equipos de Raquel y sAtt, mientras que el resto de miembros, incluyendo a SANNAS, se fueron incorporando a partir de septiembre de ese mismo año.
Cuando le pregunto a Raquel por qué es aquello que hace diferente a TRIPLE como espacio de coworking su respuesta también me lleva a otras épocas:
"La empresa es mi ecosistema pero entiendo la empresa como un espacio de innovación, no como algo capitalista. Creo que las empresas nos ofrecen la oportunidad de generar innovación social y generar cambios... además de por supuesto ganarte la vida".
Raquel nos explica que la intención que tenían al crear TRIPLE es que el espacio se convirtiera en un hub de proyectos que estén vinculados con la ecología o lo social. "Pero de una manera muy profunda, muy en su ADN. Yo no tengo un perfil super-ambicioso lo que busco es transformar e incorporar innovación a los espacios, a las situaciones y las organizaciones."
"Nuestro camino es convertirnos en un hub pequeño en el que suceden muchas cosas con mucho impacto"
Raquel enfatiza que esto se puede conseguir porque los proyectos que se unen a TRIPLE comparten este interés genuino, y por tanto alineación con esta voluntad transformadora "como todas compartimos el mismo espíritu todo es muy fácil: el problema es que te falta tiempo" responde con una sonrisa.
¿Cómo es operar y trabajar en un coworking diseñado por expertos passive house? "El aire lo tenemos filtrado, desde el primer día: se pensó así incluso antes de la pandemia. Tenemos un sistema de doble flujo, nunca respiras el mismo aire dos veces y los filtros eliminan las partículas en suspensión mayores a 5 micrómetros (μm), incluyendo la COVID-19, que por su tamaño también es filtrada"
Otro de los factores que Raquel destaca es la monitorización de la calidad del aire en tiempo real que les permite responder a los cambios en la calidad el mismo de manera inmediata: "si tenemos un evento arriba con 60 personas sabemos que tenemos aumentar la velocidad de filtrado de aire y lo monitorizamos a tiempo real." Por otro lado, nos comenta, hemos tenido mucho cuidado de eliminar cualquier material o elemento que disponga por ejemplo de barnices tóxicos "no siempre ha sido fácil porque a veces tenías que hablar con los artesanos para que utilizaran otro tipo de cola para evitar los formaldehídos." También realizaron mediciones de electro polución e hicieron un estudio de aplicación de canalización de la electropolución, por ejemplo creando tomas de tierra para todas las mesas del espacio.
A nivel de consumos energéticos estos son algo inferiores a los de un espacio normal dado que la envolvente del edificio se diseñó con mentalidad passive house: sin puentes térmicos. "También intentamos poner placas solares en el techo pero por la ubicación del espacio en un patio de manzana de un edifico no recibíamos suficiente sol. Así que hablamos con la comunidad de vecinos del edifico para poderlas instalar allí”
El deseo para el futuro del sector de Raquel Traba es que "todos los intentos que se están haciendo para conectar la ruralidad del país con el ámbito urbano prosperen. Creo que los espacios de coworking tenemos mucho que aportar en esto: la gente necesita vivir y trabajar. Si somos capaces de facilitar la comunicación entre campo y ciudad creo que nos va a llevar por un camino adecuado como sociedad: tenemos que paliar esa desconexión y mirar más hacia nuestro entorno rural".
Raquel añade: "esto es un deseo personal y sé que hay un montón de gente trabajando en esta dirección y yo les deseo toda la suerte" Nosotros también.
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Feliz Coworking!
