De plan B a modo de vida: Coworking en São Paulo | Segunda parte
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Esta es la segunda parte del artículo. ¿No has leído la primera parte? Puedes hacerlo aquí.
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Llegados a este punto la pregunta obligada era ¿cómo entiende Matias Vázquez el coworking y de qué manera se traslada esto al día a día de Sharing E.C.?
“El coworking es un trabajo que se hace a mano. Cuando una persona viene al espacio el resultado solo puede ser una victoria o una derrota, alguien que empeora o mejora, nuestro trabajo es estar ahí para ayudarle, yo soy la persona que está ahí para lo que sea”.
Nos explica que muchos se sorprenden de que no tenga una app o mail interno. Es una decisión premeditada para mantener el contacto entre los miembros y su personal. Lo cierto es que, aunque es una medida que puede verse como poco práctica y además de estar seguro que en caso de necesidad pueden comunicarse digitalmente, en algunos espacios he podido ser testigo de la desconexión entre el staff del centro y sus miembros porque cuando el personal que debe cuidar de la comunidad de un espacio se comunica únicamente via mail tenemos un problema. En este sentido, uno de los protocolos que ha establecido para el espacio Liz y Victoria es el de llamar a todas las puertas y hablar con todos entre dos y tres veces al día.
Asimismo, nos cuenta algunas experiencias con personas que han venido al espacio y han salido de una depresión al cabo de un tiempo de haber ingresado y de como otras personas que han llegado de otros espacios se sorprenden al ver la proactividad del personal de Sharing E.C. “El latino es distinto del estadounidense: buscamos interacción, trabajamos más horas, bebemos y comemos dentro y fuera del espacio, y queremos hablar con todos y de todos”.
Y esta manera artesana de hacer coworking sin duda le funciona ya que según nos explica la ocupación de su espacio varía entre el 98% y el 94%, porque “a las personas les gustan las personas”.
COVID-19 Report
“En Brasil nos encontramos en lockdown y tan sólo están trabajando los servicios esenciales, servicios de mensajería, etc. Nosotros dentro del espacio tenemos una empresa de heladería por lo que todo el edificio puede estar operando legalmente”, nos cuenta Matias.
En cuanto a la situación con sus miembros lo que comparte con nosotros nos parece muy en linea con su manera de ver la gestión del coworking y las personas en general. ¿El resultado? dos empresas se han dado de baja (por su actividad no pueden operar a día de hoy y que será muy difícil que recuperen la actividad en un periodo corto de tiempo). La solución de Matias sigue siendo artesanal: “¿Bajas? Lo que tengo son negociaciones puntuales, hablo con cada uno de ellos cuando me plantean un problema y en estos casos, por ejemplo, en lugar de que pierden la cuota lo que hago es considerar un crédito para el primer mes cuando recuperen su actividad”.
“Nosotros no hemos cerrado por lo que hay una continuidad en el servicio, sin embargo para no aferrarnos a este tecnicismo, lo que hago es escuchar a las personas y tratar de ayudarles pero de manera que sea bilateral. Por ejemplo, si te ofrezco un descuento prorrateado entre los meses que quedan de año tu alargas tu contrato o si te hago un descuento me tienes que ampliar el preaviso en caso de querer rescindirlo en un mes. Tienen que comprender como lo hacemos nosotros que estamos juntos en esto: tiene que ser un win-win”.
Nos confía que en muchos casos se está haciendo casi de psicólogo logrando que las personas mantengan la calma, no se dejen llevar por las noticias que nos asedian cada día en unas condiciones tan excepcionales como las que estamos viviendo. “En muchos casos les tengo que hacer ver que es lo que va a pasar después, porque se dejan llevar y no tienen en cuenta lo que harán con su equipo cuando el confinamiento se levante”.
¿Qué más están haciendo? Además de incrementar la frecuencia de limpieza en el espacio (y el usar métodos más agresivos para hacerlo), compartir información esencial con la comunidad, etc. están haciendo lo que mejor saben hacer: estar al lado de sus miembros, ayudándoles a vender producto, echándoles una mano en la producción de material para que puedan reducir los costes o simplemente estando allí para levantarles el ánimo cuando lo necesiten. “Nos ayudamos entre todos. Siempre les digo que a nosotros no nos entra el dinero si a ellos no les entra”. Las personas y proyectos que forman parte de Sharing E.C. no son cromos intercambiables y ahora, cuando la fidelización del cliente parece que para todos es importante es cuando las habilidades de gestión old-school y el saber tratar con las personas de tu a tu cobra una especial importancia.
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