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La primera imagen de Javier García Iza que me viene a la cabeza cuando alguien te pregunta por él es la de Javier sonriendo mientras te cuenta alguna cosa relacionada con alguna de sus pasiones como el deporte, la vida sana, o las acciones para ayudar a colectivos desfavorecidos que llevan a cabo desde IOS Offices. Sin embargo hay también otro Javier, el que en el uno a uno hace preguntas perspicaces y espera con mirada reflexiva tu respuesta quizá fruto de su educación como ingeniero mecánico. En realidad no hay dos personas, son simplemente dos caras de la misma moneda.
Javier co-funda IOS, la empresa que hoy lidera el mercado de trabajo flexible Mexicano, con su hermano Adrian en 2007, el líder del mercado mexicano de coworking. Actualmente dispone de 36 centros a lo largo y ancho de México. Javier no nos lo cuenta, pero hemos hecho nuestros deberes ;) entre su público tiene a algunas de las empresas más importantes del país e incluso algunos líderes políticos que gracias a IOS ahora ven el coworking como algo cool.
Javier y su hermano no son unos recién llegados al negocio. En 1996 Javier empezó en el sector cómo franquiciado de HQ. En 2003 con la quiebra de Regus ambas marcas se fusionan por lo que Javier se convirtió en franquiciado de Regus con quien a su vez tenía que competir a menos de una cuadra. Después de un tiempo de fuera del sector ambos se embarcaron en la aventura de crear un coworking desde cero: “Durante esos años vi desde dentro cómo trabajaban los que hoy compiten con nosotros. Cuando diseñamos IOS pensamos en todo lo que ellos están haciendo mal y como esto nos ofrecía una oportunidad para diferenciarnos en el mercado”.
La apuesta por diferenciarse empezó durante la construcción “aunque no queríamos gastar mucho dinero apostamos por crear divisiones de mayor calidad entre las oficinas privadas y ofrecer un mayor nivel de aislamiento acústico. También pensamos que debíamos dar un plus a nuestros usuarios y mi hermano Adrian consiguió llegar a un acuerdo con Herman Miller que nos permitió pagarles en seis meses el mobiliario”. La apuesta les salió bien a ambas partes: los hermanos García llenaron su primer espacio de 1200m2 en un mes y hoy todos los espacios de IOS disponen de mobiliario de la marca Norte Americana para todos sus miembros, aunque también confiesa que para empezar lo hicieron con cafeteras de 20$ aunque ahora compran las mejores máquinas del mercado.
La razón de todo esto es el posicionamiento de IOS dentro del mercado Mexicano, IOS apunta al sector más premium del mismo y hacen pocas concesiones. Está claro que esta estrategia les ha dado resultado, pero en realidad si nos limitamos a hablar de las sillas que tienen o que cafeteras compran sólo nos quedaremos con que a nivel de facility management y a nivel comercial el proyecto está funcionando, pero eso es sólo una parte de la historia.
Cuando conocí a Javier y lo oí hablar en la Cumbre Latinoamericana de Coworeking en Valparaiso, Chile me llamó la atención que dedicaba a la actividad social de su comunidad. Aunque es un tema que se suele pasar de puntillas, lo cierto es que, con una comunidad en la que las empresas y los equipos representan un elevado volumen del total de miembros del espacio, y en el que además nos dirigimos a un público que está dispuesto a pagar unas tarifas elevadas la participación suele caer en picado. De hecho en Coworking & Coliving South East Europe Conference a la que asistimos recientemente le ponen datos a esta observación de los managers: en un coworking el porcentaje de personas que han colaborado con otras asciende a un 70% cuando está formado primordialmente por freelancers, mientras que, cuando está formado primordialmente por equipos de empresas, tan sólo alcanza el 52%.
Así pues la persistencia de Javier le ha llevado a inculcar a su equipo la necesidad de desarrollar una comunidad que, aunque obviamente responderá a las necesidades de sus miembros, le presta una atención de la que carecen otros espacios enfocados al mismo público.
Una de las estrategias que compartió con nosotros fue la aproximación con la que desde el inicio trataron a algunos públicos: “quienes contratan el servicio de oficina virtual estaban mal vistas por el mercado en general. Sin embargo en IOS entendimos que son personas que simplemente no necesitan un espacio de forma permanente.” Por eso ya en 2007 decidieron dedicarles por completo un tercio del espacio que habían creado y vieron como de la noche a la mañana se llenó por completo.
Desayunos, una app para conectar a todos los miembros, eventos sociales todos los jueves, y un bar en cada una de las sedes de IOS son parte de la receta de los hermanos García. Otra parte, que creo que dan por sentada es la mezcla de público que consiguieron al mezclar un público, que el resto de sus competidores -según nos cuenta- despreciaban con el que había sido la razón fundacional de su proyecto. Porque al final, cuando un proyecto de coworking alcanza la envergadura de IOS la única manera de hacer que tenga sentido es dar servicio a todos los públicos a los que atiende y en su caso estos abarcan desde el freelance hasta la gran empresa pasando por startups, cargos electos, equipos que trabajan en remoto o medianas empresas. Mientras tiene lugar la conversación nos cuenta varias anécdotas sin perder en ningún momento la perenne sonrisa que le caracteriza.
“La receta perfecta no existe -nos explica- pero creo que los ingredientes que debemos tener siempre en cuenta son la calidad, la humanidad, la ubicación y tratar de alcanzar la excelencia en cada pequeña cosa que haces. Esta última afirmación nos obligó a entrar en el siempre delicado tema del equipo que trabaja en los espacios de coworking.
Por conversaciones previas sabía que Javier y su equipo han desarrollado un programa para que el personal de IOS tenga retos y recompensas, que en caso de los super-performers se convierte en un viaje en grupo a algún destino que nos hace sentir celosos al resto. Pero… ¿es esto suficiente? No lo sabemos pero durante la call, cuando le insistí sobre este tema simplemente se levantó y recorrió toda la oficina presentándome a todo el equipo de esa localización. Alguien que no está seguro de su trabajo y de su equipo simplemente no hace eso.
Y la pregunta final que nos hacemos es ¿Todo esto merece la pena? Parece que si porque entre un 60 y un 80% de sus miembros viene al espacio mediante la recomendación directa de otros miembros.
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