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Cuando te encuentras por primera ver con Vika Zhurbas seguro que te llamará la atención su mirada curiosa y sonrisa amable que transmiten naturalidad, pero lo que quizá no sepas es que cuando terminó la universidad en Grecia entró en contacto con el mundo del coworking por su trabajo relacionado con eventos para startups, incubadoras y otros stakeholders del mundo tecnológico.
Después de vivir en lugares tan dispares como Moscú, Tailandia o Ko Samui volvió a Kyiv, y aunque "era una época en la que no quería un trabajo fijo no tenia dinero y acepté un trabajo en el Anticafé de su ciudad natal. El funcionamiento es muy distinto al de una cafetería convencional ya que pagas por el tiempo que pasas en él por lo que nadie va a tener prisa por echarte del local para poder rentabilizar las mesas. Sin embargo Vika, que ya había probado distintas estrategias para aumentar el volumen de negocio, no estaba contenta con la rentabilidad del mismo y decidió ofrecer membresías de coworking en la segunda planta del local para disponer de unos ingresos fijos que le proporcionaran una base más sólida y una cierta seguridad.
Mientras trabajaba en Anticafé Vika siguió organizando eventos y poniendo su foco en la creación de comunidad pero está claro que el coworking estaba impactando en su vida.
"En el espacio conocí a mi marido, me casé con él allí y como resultado de ello tuve nuestros tres hijos".
Sin embargo en un momento dado decidió finalizar esta etapa cuando tuvo una oferta de una importante tabaquera y decidió probar suerte. "Todo el mundo en Ucrania quería trabajar para ellos en aquel momento. Ahora, al echar la vista atrás no estoy orgullosa de haber trabajado allí pero en aquel momento quería probar lo que era trabajar en una gran empresa y me pareció una buena idea."
Después de esta etapa Vika se resarció creando hackatons para el programa de "amalgamated hromadas"que se englobaba dentro del proyecto U-LEAD with Europe.
"Al trabajar sobre la descentralización de Ucrania teníamos que crear hackatons en pueblos lo que en muchos casos complicaba la operativa porque esas poblaciones carecían de dinamizadores para poder generar esas dinámicas".
Sin embargo en 2018 New Work se cruzó en el camino de Vika. Un espacio de 1000m2 iba a abrir en Kyiv y pensaron que quién mejor que Vika para dirigirlo. Después de encargarse durante dos años de la construcción, el diseño y en definitiva todo aquello que rodea la creación de un coworking el espacio cerró sus puertas en 2020 debido al impacto del COVID-19. La historia de este espacio va más allá de este simple resumen.
"El espacio estaba en un centro comercial. Lo cierto es que la ubicación se eligió porque ofrecía una manera de estar en el centro de la ciudad con una renta muy baja. La razón era que esa parte de la ciudad era poco más que una ciudad fantasma. En la guerra de 2014 en el paseo que hay delante de este centro comercial hubo mucha actividad de francotiradores en el área y casi nadie quería venir a esta zona. Eso nos permitió conseguir un espacio muy económico a la vez que al centro comercial le proporcionábamos tráfico".
Vika se inspiró en Second Home por lo que trató de incorporar plantas en el espacio y otros elementos que hizo que New Work se conociera como el coworking verde o el coworking de las paredes "no tenía mucho presupuesto por lo que le dije a mis amigos que me dieran sus plantas, que yo cuidaría de ellas. Y lo cierto es que las buenas vibraciones en el espacio hicieron que, pese a la falta de luz natural, crecieran mucho. También trajimos a artistas de Budapest y otro de Kyiv para que hicieran murales en las paredes."
Obviamente no podía dejar escapar la ocasión de preguntarle a Vika por las diferencias entre ambas comunidades: un espacio de 270m2 contra uno de 1000m2, uno con un porcentaje muy elevado de personas en esquemas de pay-per-use mientras que el otro se basaba más en freelances y pequeñas empresas en membresías más tradicionales, pero seguían siendo personas que habían decidido estar allí: no era un espacio de trabajo impuesto. "En New Work la comunidad era menos fuerte si la comparo con Anticafé, nos solíamos juntar 10 o 15 personas, pero continuábamos haciendo comunidad. Había mucha gente que venia a trabajar y no quería pasar más rato dentro del espacio por lo que pasamos a hacer eventos fuera del mismo para que aquellas personas que querían participar se sintieran más cómodas."
Todo eso se acabó con el impacto de COVID-19 en New Work, y Vika se centró en su familia mientras emprendía nuevos proyectos como la creación de la asociación de espacios de coworking en Ucrania.
"Empecé a pensar en una asociación a finales de 2019 porque no entendía cómo es posible que los gestores de espacios promuevan la colaboración entre los miembros pero no colaboremos entre nosotros"
Y así fue como empezó otra cruzada para crear una comunidad que englobara a todos los gestores de espacios de coworking de Ucrania. "Nos formamos en marzo de 2020 y en septiembre de 2021 tuvimos la primera conferencia de coworking en Ucrania. Cuando la gente me pregunta por qué lo hice la verdad es que ahora sé responder a la pregunta pero antes no hubiera sabido hacerlo: cuando las cosas van bien nadie ve la necesidad pero cuando todo se rompe una asociación es lo que permite que las cosas sigan funcionando." Vika continúa "tener una asociación nos ha dado visibilidad, nos ha permitido ir a conferencias y hablar de la guerra que asola nuestro país. También nos ha permitido organizar los esfuerzos de los espacios para poder seguir ayudando a la gente que se ha quedado en Ucrania y contribuir a la subsistencia de Ucrania".
Sin la asociación, Vika me dice que "sólo sería Vika", pero ahora en su nuevo papel puede contribuir a mejorar un poco las cosas en su país. "La idea de trabajar con todo el mundo no era nueva para mí, pero es cierto que en las circunstancias actuales tiene todo el sentido del mundo: cuando le preguntan a Jeannine (Jeannine van der Linden) por qué alguien tiene que crear una asociación, les dice que me pregunten a mí. Si no hubiera tenido la idea de crear una asociación hace dos años, ahora no podríamos organizar todos los procesos con tanta rapidez".
La reflexión de Vika, sobre la falta de colaboración entre gestores de espacios de trabajo flexibles, no me es ajena. Sin embargo, a medida que el sector madura en un mercado, se generan asociaciones de tipo empresarial que trabajan para el sector desde una perspectiva más tradicional. Sin embargo, la pasión de Vika por crear una asociación que, desde una perspectiva más fresca, aglutine los espacios de trabajo de un país es, cuanto menos, inspiradora. ¿El componente clave? Contar con una persona al frente con el compromiso y la pasión que demuestra Vika por lo que hace: reunir a la gente.
"Creo que los espacios de coworking son, en mi opinión, el mejor lugar para la formación de nuevas comunidades y para mantenerlas vivas"
Contribuyamos entonces que a los espacios de coworking sigan estando vivos.
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Feliz Coworking!