Formando a la próxima generación de emprendedores en Colombia
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René Rojas es fundador de HubBOG. Emprendedor en serie y apasionado por la tecnología, cree que en los proyectos en los que más ha aprendido son aquellos en los que ha fracasado.
René, tuvo una formación como ingeniero industrial especializado en análisis de datos y procesos. En 1997, después de siete años trabajando en la banca de inversión, conoció internet y le cambió la vida: “vi que era el futuro y decidí que quería dedicarme a generar compañías de internet”. Después de un MBA en Australia y trabajar en Europa una temporada formando a consultores, volvió a Colombia para empezar su primer proyecto, al que le siguieron siete más porque parece que René no hace las cosas a medias.
En 2008 crea HubBOG, una comunidad de emprendedores de base tecnológica. En realidad, esta comunidad nació de Bogotech, un meetup tecnológico que a día de hoy lleva en sus 11 años de historia más de 40 ediciones. Dos años mas tarde, abrieron HubBOG como lo conocemos hoy: un espacio de 500m2 en el que conviven coworking y formación. “Nuestro foco era agregar valor a la comunidad de Bogotech”. En aquel momento, nos cuenta, fue bastante revolucionario porque los pocos espacios de coworking que existían en Latinoamérica tenían entre 100 y 200m2. Lo cierto es que en 2010, un espacio de estas dimensiones habría sido significativo en cualquier lugar del mundo. “La academia era nuestro factor diferencial. Disponíamos de formaciones de tres hasta doce horas y absolutamente todas eran 100% prácticas y de aplicación inmediata: no impartíamos teoría”. La formación es la sana obsesión de René, profesor desde 1996.
“Después de varios años de operación y de negociar tarifas conseguimos llenar el espacio. Los eventos que hacíamos a diario sin duda ayudaron, pero llegados a este punto cada vez más gente empezaba a hacernos la misma pregunta: ¿tienen un programa que nos ayude a crecer?”. Es en este momento cuando diseñan un plan con mentores que ayudan a los proyectos a avanzar y descubren que son una aceleradora: “contando lo que hacíamos desde HubBOG alguien me dijo: son una aceleradora. Yo le pregunté que hacía una eso y después de que me lo explicaran dije: sí, entonces somos una aceleradora”. Y sí, estas cosas pasaban en esos primeros días del coworking, muchos de los modelos que ahora creemos que han existido desde siempre tienen, en muchos casos, menos de una década. Sin embargo, a día de hoy “el modelo de negocio de HubBOG es en realidad el de una academia que dispone de coworking y en el que el coworking juega un papel secundario”.
No podíamos evitar preguntarle la razón por la cual HubBOG no había crecido más allá de esos 500m2 iniciales. “En algún momento lo intentamos, nos confiesa, pero no funcionó. No obstante, en los próximos meses ampliaremos a un nuevo espacio de 2000m2”. El movimiento en realidad tiene un truco, es decir, no se hará de la manera habitual, porque HubBOG ve el crecimiento de otro modo que es totalmente coherente con los objetivos, orientación del proyecto y lo que significaría a nivel estructural pasar de 500 a 2000m2, más aún con un mercado como el actual.
La realidad del mercado a la que René se refiere como “profesionalizado” y “altamente comoditizado” es uno en el que hay operadores internacionales de flexwork como WeWork, con nueve localizaciones, o Spaces ya implantados y con unas instalaciones que atraerán al público de mayor crecimiento en el mundo de los espacios de trabajo flexible. “Mucha gente se metió en el negocio del coworking porque tenía un espacio y creía que era muy fácil. Ahora hay gente que está cerrando porque es muy difícil competir contra players profesionales y contra muchos otros que no lo son”.
Para René el coworking no es el foco, el coworking es sólo un servicio más de su plan maestro. Por ese motivo ha evitado el problema operativo que conlleva un espacio de esas dimensiones.”Hemos tercerizado la operación del espacio. Nosotros sabemos cómo llenar un espacio de coworking, nuestra comunidad y la academia arrastran a mucha gente. Por ende, lo que hicimos fue ponernos en contacto con un operador para que cada uno se dedique a lo que mas le apetece: ellos a operar el espacio y nosotros a formar a la siguiente generación de emprendedores y emprendedoras colombianas.
La aceleradora de HubBOG funciona como una academia en la que los alumnos pagan para programas de 10 semanas en las que se incluye, además de las formaciones y mentorías, espacio de coworking. En el 2014 dio un paso más para redondear el modelo con la creación de un grupo de inversores ángeles que a día de hoy cuenta con 90 miembros y que según nos cuenta han invertido en 20 proyectos. A estos les ofrecen inversión a fondo perdido a cambio de un porcentaje o un fee de éxito. “Es el grupo más activo de Latinoamérica, y ahora estamos cooperando con el Banco Interamericano de Desarrollo, creando eventos para inversores en los que hacemos curación de los proyectos que se les presentan, y toda una serie de iniciativas para potenciar el emprendimiento de base tecnológica que les lleve a tener en cinco años entre el 3 y el 5% de las acciones de startups, creando un fondo de capital riesgo al que podrán acceder las compañías emergentes de la aceleradora una vez finalizada la fase de pre inversión.
Está claro que podemos elegir entre hacerlo todo y hacerlo bien, Rojas ha elegido hacerlo bien y para eso ha tenido que optar y buscar un partner que le complemente. Entonces me pregunto si este no es el camino a seguir para muchos de esos gestores primigenios que hace años que muestran signos de cansancio y que, lo que ahora se conoce como coworking (aunque deberíamos llamarlo flexwork), no les hace felices.
La pregunta que nadie le ha hecho a René es ¿por qué hace todo esto? Y la respuesta es sencilla, “es una fuente de felicidad, que me permite aportar mi grano de arena para desarrollar grandes cosas para la humanidad, cambiar modelos perversos y conseguir que los beneficios no sólo reviertan en los accionistas y en los gobiernos sino para todas las personas”.
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Feliz Coworking!