Valeria Juarez: De diseño de UX a Coworking en Argentina

Valeria Juarez: De diseño de UX a Coworking en Argentina

Read this article in English here

Valeria Juarez o “Valita” como la conoce todo el mundo es ingeniera informática y se define como amante del diseño, la tecnología y la pesca.

Hace unos 10 años empezó a trabajar como front end en Mercado Libre y aunque era el “trabajo soñado” no era feliz: “mi orientación era UX y en la entrevista les dije que no me gustaba el desarrollo”. Un año más tarde recibió una oferta de una compañía minera: “estaba bien pagado y me permitiría realizar mi sueño de crear una empresa de marketing y publicidad”. Sin embargo, después de una auditoría la firma cerró y no llegó a incorporarse. “Siempre había soñado con emprender y en lugar de volver a Mercado Libre que habría sido la opción fácil, decidí acabar mi tesis y recuperar algunos de los clientes de diseño gráfico y web que tenía desde los 16 años”. En uno de estos encargos fue cuando conoció Startup Weekend y consiguió que le transfirieran la licencia para Mendoza.

“Estaba decidida a hacerla en San Rafael, mi ciudad natal, pero me convencieron de que en una primera edición era mejor en la capital de la provincia. Y fracasamos con todo éxito”.

Sin embargo, en la segunda con la experiencia de haber fracasado previamente y el patrocinio del Banco Interamericano de Desarrollo conseguimos que fuera todo un éxito”. En la tercera edición, consiguió llevar el evento a San Rafael, su objetivo inicial: ayudar a las personas de su ciudad (y de su provincia) que quisieran emprender. Después de unos años, con siete ediciones organizadas, dos más como mentora y habiendo creado el primer Startup Weekend Youth the Latinoamérica “me retiré para dejar paso a otras personas que me relevaran”.

Open Space en Campus Olegario

En todo ese proceso se dio cuenta que lo que les hacía falta era un espacio de coworking donde las startups pudieran trabajar. Valeria, que también daba clases en la universidad, coincidió con una alumna que estaba creando uno. Ese espacio, que se convertiría en Tribu, fue donde empezó su andadura en el mundo coworking. “El proyecto tuvo sus altibajos, porque mi alumna consiguió un trabajo y abandonó el proyecto. El resto de socios se plantearon cerrar pero en lugar de eso decidieron ofrecerme a mí, a mi socio (de la agencia de marketing y publicidad) y a otra coworker que nos incorporáramos al equipo”.

Ahora bien, el espacio no la inspiraba así que un fin de semana pintaron toda la casa y la decoraron con cosas que encontraron en las suyas.

“Así empecé a vivir, sufrir y a disfrutar del coworking”.

Era diciembre de 2015 y se dieron tiempo hasta marzo de 2016 para alcanzar la rentabilidad, lo consiguieron. No obstante, nos cuenta algo que hemos, desgraciadamente, visto muchas veces: “no cobrábamos por nuestro trabajo, lo canjeábamos por la oficina” y sabemos que estas situaciones, aunque sean bonitas, tienen una vida relativamente corta. Valita siente que mereció la pena porque conoció a mucha gente y le abrió nuevas puertas, “el coworking no me pagaba pero me conectó con un montón de cosas. Nuestro trabajo en Mendoza por ejemplo me valió una invitación a la Cumbre Latinoamericana de Coworking (se celebró en Valparaiso (Chile) en 2019. Disfrutaba dando oficina a gente que quería crear una empresa, ayudé a gente a emprender”.

Open Space en Campus Olegario

Luego nos cuenta, “me cayeron los 30, maduré, me mudé a Mendoza por amor y me quedé con algunos clientes de la agencia, las clases de formación de emprendedores que daba en la universidad y busqué un trabajo”.

En 48 horas pasó de una entrevista a que la contrataran de office manager en Campus Olegario un espacio de coworking en Mendoza orientado a emprendedores de base tecnológica.

“Lo malo es que al cabo de 16 días de empezar a trabajar tuve que empezar a mandar mails a personas que en algunos casos ni siguiera conocía para decirles que cerrábamos por el COVID-19 y que tenían que abonar el 50% de la cuota”.

Pero antes de entrar en eso hablemos un poco de Campus Olegario. Un espacio fundado en 2016 con 400m2 al que se le agregó una expansión que les permitió disponer de un patio privado y en los m2 adicionales pudieron acomodar una academia.

Cómo empezó Olegario es una historia que nos cuenta Gonzalo Innocenti (copropietario con Valentina Terranova). “Me dedicaba a mi propia empresa de forma remota, durante un año estuve viajando y trabajaba desde los ecosistemas de emprendimiento más importantes fuera de los Estados Unidos. Después de eso, regresé a casa y cuando finalizó el contrato de alquiler de mi empresa decidí alquilar un lugar más grande para crear un espacio de coworking adecuado en Mendoza que permitiera a cualquier persona trabajar como si estuviera en cualquier parte del mundo”. El siguiente paso para él fue crear la aceleradora Embarca y un capital de riesgo (en el que todavía está trabajando).

Sala de reuniones informal

Aunque con alguna excepción la orientación tecnológica de Campus Olegario está bastante clara si observas su directorio. Allí inició sus operaciones Mercado Libre en Mendoza , Cabify Mendoza tiene allí su oficina, así como Cárbula, Olx Auto o Prolube. “Tenemos también a Slingr que desarrollan apps para el mercado de USA o diversos grupos de desarrolladores que trabajan desde el open space”.

“Antes de estar en Olegario ya era un espacio en el que quería trabajar porque tiene todo lo que tiene que tener un coworking: unas buenas instalaciones pero particularmente la voluntad de que más que una oficina se sientan que están en su hogar”.

COVID-19

Olegario cerró dos meses y pasado ese tiempo tuvieron que tomar la decisión de abrir o cerrar definitivamente. “Al final decidimos abrir y nos ajustamos para que las cosas funcionaran porque muchos habían dejado la oficina y estaban trabajando desde sus casa”.

Cuando le preguntamos por el futuro Valita tiene una respuesta que comparto al 100%.

“Mucha gente no puede trabajar desde casa y muchas empresas que dejaron sus oficinas y saben lo que es gestionarlas quizá ahora van a pensar: pago una membresía y me olvido de todo”.

La realidad es que de momento esta visión se ha empezado a hacer realidad porque este mismo noviembre vuelven a tener las oficinas al 100% y la zona open también (con la densidad ajustada a cifras COVID-19).

Adicionalmente, como parte importante de esta visión, nos cuenta que hay ya tres empresas pagando por membresías en el open space para que sus trabajadores que están puedan acudir cuando lo necesiten.

Lo que esperamos es que en Mendoza y en el resto del mundo pronto podamos ver como brillan de nuevo los espacios de coworking, no de la forma que lo habían hecho antes de marzo de este año sino aún más.

Mientras eso se produce, nos quedaremos pensando en que hemos sido capaces de hacer a Valeria la pregunta que nadie le había hecho nunca, porqué disfruta en coworking y adivinar su respuesta: “me hace feliz ver cuando nacen nuevas sinergias y nuevos contactos, es sentir que hago felices a las personas que emprenden en mi provincia”.


Cobot ayuda a espacios de coworking alrededor del mundo a gestionar su negocio. Verás que nuestro software te ayuda a gestionar de manera más eficiente tu espacio y a tener una comunidad más dinámica y conectada. ¿Quieres probar Cobot y ver cómo te puede ayudar a automatizar tus tareas administrativas diarias? Suscríbete a una prueba gratuita o pídenos una demostración y contacta con nuestro equipo de soporte para que te hablen sobre los descuentos disponibles.

Feliz Coworking!