La evolución del trabajo flexible en Lisboa: Manteniéndose un paso por delante | Parte 1
Carlos Gonçalves es el fundador de Avila Spaces y es probable que te lo encuentres corriendo de un lugar a otro, pero lo cierto es que una vez te sientas con él esa sensación de velocidad desparece por completo y simplemente la conversación fluye de manera natural.
Me encontré con Carlos en la nueva sede en el Atrium Saldanha Building un espacio de trabajo flexible ubicado en un centro comercial. Es cierto que eso no es nuevo, lo hemos visto en otros mercados como el estadounidense o en Dublin pero la sede de Avila en el edificio Atrium es la primera de esta marca y de hecho la primera en Portugal.
“Le llamamos Avila Work City porque puedes hacer de todo sin salir del centro comercial: tienes un supermercado, restaurantes, tiendas de IT y puede que algún día tengamos una guardería o un gimnasio. Me inspiró un concepto que vi hace diez años en Boca Ratón (Florida) y durante los momentos extraños que vivimos durante el covid vimos la oportunidad de hacerlo posible”.
Volvamos atrás en el tiempo: ¿Quien es Carlos Gonçalves y como ha acabado en Flexwork? Esta es la primera pregunta que le hago a todas las personas que entrevisto.
“Soy un emprendedor y antes de empezar mi empresa trabajaba en Health management en un hospital pero estaba seguro ya en aquel momento de que tendría mi propia empresa algún día. En 2004 mi mujer y yo vimos una oportunidad en el mercado: los centros de negocio se veían anticuados y fríos. Decidimos crear un nuevo concepto de centro de negocios en el que se unieran ergonomía y confort con un espacio atractivo, agradable y moderno”.
Carlos continua como en 2007 se encuentra con Pier Pablo Mucceli, fundador de eOffice y otro de los pioneros en esta industria, y a raíz de esa conversación inician un piloto en el que convierten una sala de reuniones de unos 30m2 en un espacio open space con posiciones de trabajo:
“Era un concepto que no existía y pensamos que merecía la pena probarlo, aunque en aquel momento creamos el servicio el mercado no estaba preparado para ello en Lisboa: la gente tenía miedo de que el resto de personas les miraran la pantalla o los papeles lo que hoy, más de diez años mas tarde nos parece absurdo. Un año más tarde dejamos de ofrecer ese servicio.” Cinco años más tarde reinaugurarán el servicio en un mercado mas maduro.
También en aquella época introdujeron servicio de oficina virtual y de soporte administrativo (secretaría virtual).
Uno de los aspectos más importantes de Avila Spaces son los cambios de espacio que han realizado a lo largo de su historia. Creía que algo de lo que los managers pueden encontrar útil es qué motivos llevaron a Carlos a cambiar de ubicación ya que es una decisión crítica que conviene tomar con mucha precaución pero conviene tener claras las señales que nos deben llevar a valorar una decisión de este tipo.
“Cuando inauguramos la primera ubicación no teníamos ni dea de lo que teníamos que mirar”
En aquel momento nadie tenía ni idea, la industria era muy poco madura y no habría nada de información disponible, lo cierto es que cómo continua Carlos:
“Hay cosas básicas que se deberían mirar siempre como la instalación eléctrica por ejemplo que al final hacen que el edificio que has elegido no esté preparado para recibir a nuestros clientes. Nos dimos cuenta que si queríamos dar un servicio de calidad teníamos que tener un edificio en buenas condiciones”.
Carlos continua hablando de la importancia del comfort, la climatización, y del aislamiento acústico en salas de reuniones o oficinas y no puedo dejar de estar más de acuerdo.
En este punto es en el que deciden mudarse a un “edificio moderno”. Hagamos un alto en este punto. En resumen: cuando se dieron cuenta que el espacio que ocupaban no podía ofrecer un servicio de calidad al tipo de público que tenían (o querían tener) decidieron que era el momento de reubicarse.
“Si quieres ofrecer un buen servicio tienes que estar en un edificio de oficinas. Y ofrecer un buen servicio es clave para tener beneficios” comenta Carlos.
Lo cierto es que esta frase que para muchos pioneros del coworking puede ser polémica he de reconocer con pena que resuena fuerte en mi interior. La realidad (nos guste o no) es que un edifico de oficinas está pensado para cumplir la normativa de oficinas. Cuando los operadores optan por decisiones románticas y adaptan edificios pensados para otros usos tienen que ser conscientes que su capex va a aumentar.
¿Es esto dramático? No si eres consciente de lo que estás haciendo y es una decisión que tus finanzas van a soportar y por el que a obtendrás un ROI más elevado al, por ejemplo poder vender la posición a un precio más elevado o porque va a contribuir a incrementar la percepción de valor de tu marca (me viene a la cabeza el fantástico trabajo de Cloudworks en mi ciudad natal con Casa Les Punxes). Sin embargo si eliges con “romanticismo” sin tener en cuenta todo lo que implica acabas gastando dinero en infraestructura que el usuario, aunque la necesita, no aprecia, y otra infraestructura que la normativa te obliga a tener como por ejemplo disponer de salidas de emergencia y instalar puertas ignífugas a precio de oro que en un edifico de oficinas ya han sido calculadas e instaladas al crearse el edificio. No os digo que no lo hagáis, os digo que seáis conscientes de los costes que implican estos espacios y no os dejéis llevar por un precio metro cuadrado potencialmente más reducido sin haber considerado el coste de la reforma, especialmente, en un edificio del que no eres propietario y, por tanto, esa inversión no se convierte en patrimonio.
En 2010, mientras Portugal seguía inmerso en la crisis económica, Carlos decide crear otro espacio en una “dirección de prestigio”. Si no estás ofreciendo oficinas virtuales quizá el concepto, aunque se autoexplica, te resulte un poco extraño: lo que estás vendiendo es la dirección de tu espacio y el aspecto de la fachada del edificio en Google Street View. Vieron la oportunidad de mejorar el servicio y crearon una la app My Office en 2011 que según nos cuenta fue la primera en el mundo que permitía a los usuarios del servicio comprobar si habían recibido llamadas, si tenían correo o habían recibido algún fax o reservar salas.
En esta nueva ubicación, que añadió a la que recién se había mudado, las dimensiones no eran tan importantes como la dirección: tan sólo buscaba potenciar el servicio de oficina virtual añadiendo una dirección de prestigio donde de manera natural se concentrarían ese tipo de servicios. Una dirección de prestigio sólo es la primera parte de la ecuación Carlos creó una app para ofrecer el mejor servicio de oficina virtual posible. Gracias a esta combinación de factores consiguieron aproximadamente 600 clientes en esta modalidad.
El artículo continuará la próxima semana, así que mantente atento/a para la segunda parte.
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Feliz Coworking!