El futuro de los viajes? Cómo Selina quiere hacer sostenible el nomadismo digital - Parte 2
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¿Ve Selina el coworking como una herramienta para unir locales a visitantes? O en su versión ampliada: lo que pretendía saber es si se ofrece este servicio para satisfacer a los/las nómades digitales y, dado que también es adecuado para los que allí viven, se produce una mezcla orgánica sin la necesidad de hacer acciones específicas, con el extra de que ofrece un valor añadido a freelance locales -en mercados con unas tarifas por servicios más reducidas- con nómadas digitales que trabajan en otros con tarifas mucho más elevadas.
“Cuando Rafi y Daniel estaban valorando la idea veían que los hostales tienen una energía increíble y por otro, los hoteles boutique que son espectaculares carecen de experiencia. Ellos sabían que podían crear algo en término medio que pudiera combinar lo mejor de ambos modelos para una nueva generación de viajeros y freelancers. Los que buscan esa flexibilidad, los que quieren trabajar de forma remota. Cuando entendimos a nuestro target nos dimos cuenta de que teníamos que ofrecerles un lugar profesional desde el que trabajar y ser productivo durante siete u ocho horas del día”. Explica Maca.
“Inicialmente, lo que podíamos ver era un tendencia de personas que venían a trabajar en el lobby, donde había WiFi, a partir de ahí pensamos cómo ir más allá. Decidimos ofrecerles un lugar más adecuado a este y con una oferta distinta a los otros coworkings que existen en la zona, ya que dispones de todos los servicios experiencia, bar, restaurante y al salir del trabajo puedes ir a cualquier actividad de las que proponemos: lo definimos como polinización cruzada”.
El coworking partió como una necesidad de sus huéspedes, pero creo que permite a Selina aportar valor a residentes y a visitantes por igual, ofreciendo un producto único que ninguno de los competidores locales puede igualar (a menos que entre en el sector del hospitalidad). También una oportunidad de obtener rendimiento adicional de los servicios existentes en sus hoteles a la vez que se ofrece un mejor servicio y percepción de valor.
“Para nosotros el coworking es un espacio de aprendizaje. Representa una oportunidad que tiene mucho potencial. Mientras estaba trabajando en el coworking de Virreyes en CDMX, conocí a unas personas que tenían una empresa social la cual ayuda a personas a formarse en habilidades tecnológicas. A día de hoy Selina ha establecido una alianza con ellos para apoyar la enseñanza a locales a programar o mejorar las habilidades de autodidactas y ser capaces de acceder a trabajos en un sector que está experimentando un rápido crecimiento”. Nos explica Eva, y, en cierto modo, la visión del coworking que tiene Selina nos recuerda nos recuerda más al concepto original de coworking que otros modelos actuales.
De hecho, una de las ventajas de su propuesta es este mix entre locales y nómadas. Sus ubicaciones, primordialmente en países de Latinoamérica con una renta per cápita muy inferior a la de EEUU o algunos países europeos, hace que estos emprendedores locales al estar expuestos a gran cantidad de nómadas que trabajan en en con unas tarifas mucho más elevadas en sus países de origen son, potencialmente, una red de contactos mucho más valiosa tanto por volumen como por los mercados en los que trabajan. Es decir, para un programador local (u otras profesiones que puedan trabajar en remoto) conocer a un gran número de personas que se desarrollan en mercados de países de rentas per cápita más elevadas, les proporciona unas oportunidades de networking que en un espacio convencional serán mucho más modestas. Cierto, es tan sóloalgo potencial pero sobre el papel sin duda marca la diferencia y si Selina invierte el esfuerzo necesario en maridar ambas comunidades adecuadamente el resultado puede ser explosivo (en el buen sentido, claro).
En la compañía son conscientes de esta potencialidad y Maca destaca el hecho de que Selina (esto no nos lo dice pero: a diferencia de otros operadores de coworking internacionales), “va a estar en las ciudades obvias y no obvias. Es decir, estaremos en: New York, Madrid, Barcelona, Londres, Lima, Cuzco,… pero de repent, también en Tena, Ecuador o en Guarás, Perú.
Una vez satisfecha mi curiosidad por el encaje del coworking en su estrategia social y de empresa había otra pregunta obligada que hacerles: los offsets de carbono. Este interrogante viene motivado por el hecho de que algunas empresas de otras industriashan aplicado esta política, junto a otras para minimizar directamente su impacto ecológico, pero lo han hecho siempre tratando de minimizar el impacto de sus operaciones, no el de sus clientes. Diversas aerolíneas, por su lado, también trabajan para reducir el daño ambiental de sus operaciones y muchas de ellas ofrecen a los viajeros la opción de comprar offsets de carbono (o comprándolos ellas mismas) o contribuir en la compra de SAF (Fuel de Aviación Sostenible).
Eva es muy metódica, y dado que no han terminado de evaluar “dónde están nuestros riesgos a nivel de medio ambiente no puede darnos una respuesta concreta”, pero nos avanza: “informalmente, sí vemos que hay mucho espacio de desarrollo. Una de las categorías que tenemos es “calidad del aire” en la misma hay muchos factores, más de 20 de hecho. Cuando podamos medir en cada una de las localidades estos valores podremos reducir nuestra huella ecológica que es nuestra meta a largo plazo”.
Sin embargo, añade: “Aunque Selina debe tener primero un responsabilidad sobre su propio impacto como compañía, así también está interesada en estudiar opciones para trabajar con las huellas de carbono de sus huéspedes, y tenemos una lista de varias compañías que están haciendo carbon offsets. Creo que la oportunidad que yo veo estaría dentro del programa de lealtad y ver si en seis meses puede haber una opción. Una de las iniciativas concretas que nos comentan es incluir en el programa de reward points el uso de bicicletas alquiladas para desplazarse en lugar de usar tuk-tuk u otras modalidades que consumen combustibles fósiles.
En lo que respecta a los desplazamientos en avión Selina ya se ha puesto manos a la obra y ha implementado una política que establece cuotas de viaje para cada departamento, de tal forma tal de reducir la cantidad de desplazamientos que los empleados hacen cada mes y por tanto el impacto ambiental de la empresa. “En la linea sobre lo que nos comentabas (sobre las aerolíneas, carbon offsets y SAFs) entender como operan otras empresas nos puede ayudar a decidir con quiénes queremos hacer partnerships en el futuro, entender el uso que hacen de ellas nuestros huéspedes y poder recomendarles la mejor opción para reducir su impacto ambiental”. Maca comenta, “todas las empresas están empezando a implementar políticas de sostenibilidad y creo que esto va a ir a más porque si no lo hacen van a perder a una parte del público.” A lo que no me queda nada que añadir salvo que esto sí va a ser definitivo.
La pregunta que nadie le ha hecho a Capocci es: ¿Es posible tener crecimiento en la industria turística y hacerlo de manera sostenible?
Maca cree que este equilibrio es posible. Una parte del trabajo recae en las empresas mientras que otra lo hace en este viajero medioambientalmente consciente que se informa sobre las mejores prácticas en el sector y elige en base a ello. Porque, nos recuerda, el cliente tiene el poder de hacer que las empresas tomen decisiones para ser más sostenibles. “Creo que vamos en el buen camino y que muchas empresas lo están entendiendo, pero todos necesitamos hacer un cambio de mentalidad ya”.
En realidad me parece una actitud muy coherente con la política de la empresa: Haz el bien y sé recompensado.
La pregunta de Eva va en la misma linea: ¿Cómo el consumidor puede presionar a empresas como la nuestra a ser mejores? Sin embargo hay un aspecto muy concreto que me parece tremendamente interesante y lo es más incluso cuando nos ofrece su respuesta.
“En realidad es el mismo consumidor de nuestro producto quien define parte de nuestras políticas. Lo que a mi me gustaría es ver antes de hacer la reserva es el informe de sostenibilidad de la empresa, porque yo, que soy del sector lo busco, pero debería ponerse al alcance del consumidor, de forma tal que este pudiera tomar su decisión basándose también en el nivel de responsabilidad y de transparencia que tenga la empresa. El reporte debería ser suficientemente detallado como para que se haga a nivel de cada uno de las ubicaciones”. En este sentido Eva nos menciona también, “el exceso de turismo es un problema específico que con informes mucho más detallados y auditorias en la cadena de proveedores de cada compañia, se podría hacer visible como un hotel en concreto está impactando en la comunidad en la que está ubicado. Así, como consumidor, podremos ser más estrictos con lo que estamos consumiendo.
La transparencia en las empresas, nos recuerda, sólo viene cuando el consumidor aplica esa presión y esas preguntas que son super importantes para poder tomar una decisión de compra responsable.
En este sentido, creo que este cambio de mentalidad que tanto Eva como Maca destacan en el cliente, y las acciones que proponen: visibilizar la política de sostenibilidad de las empresas antes de realizar una compra (un report anual es mejor que no tener información pero coincido con Eva en el sentido que debería ser mucho más visible para que aumente la conciencia y ayude a la toma de decisión) son esenciales para facilitar un cambio de mentalidad de aquellas personas que de momento no lo han hecho y de visibilizar el esfuerzo de muchas otras que ya lo realizaron.
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Feliz Coworking!